Una visita hace un par de años a la esquina de América Latina, Playas de Tijuana -
y en su honor va un poema que sigue doliendo:
MURO
Se acaba la tierra
el muro hundiéndose
mar adentro
se espera salga
al respiro
para no ahogarse
instinto de quien nada
en aguas jade
saladas de espera
el dorado de un sol se explaya
como ese manto guadalupano ausente
de estrellas ante lo opaco del destino
pero, a fin de cuentas, al guardar rosarios,
manto cuajado de esperanza
en un día más en la frontera.
El muro
Va entrando silente en el agua
la esquina de Latinoamérica:
hay gente que no sabe de ella
jamás ha visto largura gris
camino al encuentro
con el dadivoso mar salado
al desencuentro profundo
de lo que rasga en dos el corazón
por los ahogos que, inocente, el mar
encierra, tumba de intentos crucificados
muro que se hunde en lo salado
mientras delfines y ballenas trazan
rutas milenarias que el gris atranca
puñal cruciforme en espera de más
vida dolida en el contorno de sus entrañas.
Claire Joysmith
De Ecfrasis